Quizá sea esta la cita que mejor expresa el porqué del misterio insondable de la vocación… Nosotras, todas y cada una de las hermanas de esta Comunidad, intentamos que Cristo sea nuestro vivir, nuestro sentir, nuestro latir… San Agustín, al descubrir que la Presencia le habitaba por dentro, lo definió con estas hermosas palabras: “lo más íntimo de mi propia intimidad” (Conf. 3,11)

Suplicamos en nuestra intercesión orante para que todos descubramos el sentido profundo de nuestra vida, esa ‘Presencia íntima’ que nos habita a todos por dentro y que es la única que puede saciar y llenar de sentido nuestra existencia.

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