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Quiénes somos¿Quiénes somos?
Somos las Canonesas Regulares Lateranenses de San Agustín y vivimos en la Canónica de Santa Mª Magdalena dedicadas a la vida contemplativa. Un rasgo muy característico de nuestro carisma es la fraternidad no sólo dentro de la comunidad sino también con todo aquel que se acerca a nosotras buscando una palabra de consuelo y de aliento en la fe.
Esta página nace con ese deseo de compartir ese tesoro inagotable que es Cristo, vida nuestra, y que deseamos sea conocido y amado por tantas personas que lo anhelan aún sin ser conscientes de esa Presencia en sus vidas.
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¿Qué significa "Canónica"?
El vocabulario de la vida consagrada, tiene sus especificidades en cada familia espiritual. La expresión Monasterio, sería más propia para los monjes y las monjas de vida monástica. Convento , para los frailes y hermanas de Órdenes de Fraternidad Apostólica como Dominicos, Franciscanos, Hermanas Pobres de Santa Clara… que viven en fraternidad conjunta o conventual, con carisma propio.
La expresión Canónica , seria la propia de los Canónigos y Canonesas, que hermanan sus vidas en Comunidad bajo unos Cánones y una Regla, la de San Agustín, pero su espacio vital no es básicamente de aislamiento, sino de comunión para alabar a Dios y acoger espiritualmente.
Por tanto, Canónica querrá decir: Casa Canonical, desde donde se proyecta para la Iglesia una vida regular para servir en la oración y el apostolado propio.
¿Cómo nace nuestra Canónica de Santa Magdalena?
Desde 1309 fue convento de mujeres arrepentidas, junto al Hospital de Santa Magdalena, que mandó fundar después de la conquista D. Hugo de Ampurias.
En 1349 esta casa de Arrepentidas de Santa Mª Magdalena empezó a ser Monasterio de Religiosas del Hábito de San Pedro, bajo el mismo título y advocación de Santa Mª Magdalena, con autoridad del Sumo Pontífice Clemente VI.
El auge del Monasterio nos lo confirma un documento de 1368 en el que el Rey solicita al Obispo de Mallorca que envíe a dos religiosas a Barcelona, donde se acaba de fundar otro de mujeres arrepentidas.
A finales del siglo XIV adoptaron la regla de San Agustín (las de Pollença, también fundado bajo la regla de San Pedro en 1371, adoptaron la de San Agustín en 1388).
Hacia 1533 el Obispo Joan Campeggio ordenó la adopción de la clausura y la reforma del Monasterio de Santa Mª Magdalena, de la Orden de San Agustín, aprobando sus Constituciones.
En 1541, monjas de Santa Margarita pasan a Santa Magdalena para aplicar una reforma. Pero la verdadera reforma no será hasta la llegada de D. Diego de Arnedo, en 1561.