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Bienvenidos
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Nuestra Orden
Carisma Canonical

Nuestro carisma se expresa en su totalidad a través de cuatro aspectos básicos:

LA ORACION
Oración

Dedicamos durante la jornada tiempos fuertes a la oración personal, que es necesidad del alma que busca a Dios, lo ama y quiere poseerlo. "Nos hiciste Señor para ti y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en Ti".

San Agustín nos invita a entrar dentro de nosotros para encontrar a Dios y nos dice que el único que puede conducirnos a esta meta es la persona de Cristo, que es el "Maestro interior".

Sin embargo la alabanza litúrgica ocupa un lugar primordial en la vida de la Canonesa, ya que es la liturgia prolongación de la función sacerdotal de Cristo a quien nos consagramos.

El mismo Agustín nos exhorta a hacer nuestros los sentimientos de los salmos e himnos que recitamos y añade: "Quienes no tienen más que una sola alma y un solo corazón hacia Dios no pueden sino alabarle con una sola voz".

El canto litúrgico tiene, también, gran importancia pues el canto es la expresión de los sentimientos más fuertes, "cantar es propio de quien ama".

LA FRATERNIDAD
Fraternidad

Basada en la unidad en el amor, pues la espiritualidad agustiniana está muy marcada por el Misterio Trinitario, viviendo con exigencia comunitariamente la unidad en la pluralidad. A la luz de este aspecto carismático como Canonesas nos interesamos por todos los problemas de unidad en la Iglesia y en el mundo, uniéndonos con frecuencia a la oración sacerdotal de Cristo: "Padre, que todos sean uno..." (Jn 17).

También realizamos esa tarea de unidad acogiendo a cristianos de otras confesiones; nuestra iglesia ha sido y es un lugar de oración anual para la unidad cristiana, incluso nuestros lazos llegan a la amistad con determinados pastores que se comunican y comparten su plegaria y vivencia.

Nuestras Constituciones nos exhortan a inspirarnos siempre en la gran norma de N. P. San Agustín: "En lo necesario unidad, en lo dudoso libertad y siempre caridad.”

Es de destacar en toda la Regla la importancia que Agustín da al amor mutuo, el respeto a la persona, el dar a cada hermano lo que necesita, la corrección fraterna, etc.

Incluso el voto que emite la Canonesa en su Profesión no es el de pobreza sino de "vivir sin propiedad, en común".

Esencial de esa fraternidad es el compartir, radicalidad de comunión en los bienes materiales y espirituales, compartir talentos de mente y corazón, la fe, la esperanza, el amor, el tiempo, el entusiasmo..., entonces tiene mayor sentido esa unidad en el amor, que es el objetivo de la comunidad agustiniana.

Compartir lo que cada una es y compartir la búsqueda y el encuentro con Cristo.

Dice San Agustín: "Quien desea verse habitado por Dios tiene que dar cabida a lo comunitario, dejarse habitar por los otros".

ESPIRITU ECLESIAL - DIOCESANEIDAD
Eclesialidad

La vida canonical está muy enraizada en la Iglesia Local y, desde la diocesaneidad, en comunión con la Iglesia universal.

Nacimos al servicio de las Iglesias particulares. Y estamos llamadas a ser por la intercesión orante permanente ayuda de los Obispos de nuestras diócesis y los sacerdotes, sintiéndonos asociadas a su ministerio plenamente. Pedimos, de un modo especial, por su santificación, por el fruto de su apostolado, viviendo intensamente la inquietud misionera y la acción evangelizadora de la Iglesia.

Nuestras Constituciones nos dicen:

"Recordando que fueron Obispos quienes fundaron la Orden, hemos de prestar esmerada cooperación a estos, a los sacerdotes y fieles a ellos encomendados..., por esto cooperaremos con ellos en aquellas cosas que estén a nuestro alcance según nuestra específica vocación y el carisma de nuestra Orden" (Cap.I,4).

Fieles a nuestras raíces intentamos acoger las necesidades diocesanas concretas que se nos presentan:

-La fundación de la Canónica de Santa Mª del Olivar, de Sóller.
-Durante años participamos en la Misa dominical radiada desde nuestra iglesia para los enfermos de Mallorca, colaborando con los MM. SS. CC.
-Respondiendo a las peticiones de sacerdotes, catequistas o profesores de religión compartiendo experiencias, vivencias, estilo de vida, intentando dar respuesta a sus interrogantes cristianos desde nuestra consagración.

ACOGIDA
Acogida

La búsqueda común de Dios y de la unidad en el amor no debe ser solamente interior a la misma comunidad sino irradiativa. Nuestro carisma nos empuja a contagiar la comunión, de ahí la exigencia de una acogida cálida y espiritual.

Es de resaltar un apartado de las Constituciones que nos dice:"No contradice al espíritu originario de la Orden el tomar dentro de la propiedad del Monasterio alguna obra de apostolado, preferentemente litúrgico o de formación catequética adecuada de cara a la vida de fe y vida de oración de acuerdo con la gran tradición canonical, con tal que no impida su misión primordial de la contemplación" (Cap.I,3)

Concretamente, ¿cómo vivimos esa acogida?

-Ofreciendo la hospedería para días de retiro y oración.
-Compartiendo la liturgia con los fieles que lo desean, cada día.
-Nuestra Canónica intenta ser casa de oración compartida, grupos concretos vienen a orar semanal y mensualmente desde hace años.
-Durante un trienio dos hermanas de la comunidad dirigieron distintos sesiones de "Talleres de oración y vida".

Intentamos vivir atentas a las necesidades más urgentes del hombre de hoy y a los signos de los tiempos. Necesitan que compartamos con ellos la búsqueda de Dios en Jesucristo y los valores del Reino -que son tan distintos de los que les ofrece la sociedad actual-, que les enseñemos a orar y, sobre todo, descubrirles en sus vidas el amor de Dios y su ternura para con todos, para poder construir la fraternidad anhelada por San Agustín y que no es más que la civilización del amor a la que nos llamaba a vivir el Santo Padre Juan Pablo II.

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